Esta es la historia de ellos dos...
Hablaban... Y se dieron un beso de despedida, de esos chiquitos pero que reflejan las pocas ganas de separarse. En pocas horas se verían de nuevo, pero igual les costaba decir adiós.
Cada uno subió las escaleras. Tomaban la misma línea, pero en direcciones opuestas.
Para su suerte, el andén era de esos que quedan uno frente al otro. Los separaba el carril que se hacía ancho distanciándolos aún más.
El tren de ella llegó justo para abordarlo. Entró, se apoyó de la puerta que le daba visibilidad al otro lado. A él. Ella lo saludaba, él le respondía. Él dibujaba corazones con la mano.
Un "Te quiero" silencioso podía leer ella de sus labios. "Yo también" leía él. Todo a su alrededor se hacía invisible. El tren empezó a andar. "Juntos para siempre" fue lo último que salió de la boca de él.
Minutos más tarde, llegó el otro tren. Él lo embarcó, con el olor de ella y una sensación de soledad. Encontró puesto libre junto a dos chicas. Dos extrañas. Dos jóvenes que le ofrecieron un pedazo de pizza y conversación amena.
Cuando dijo adiós, notó que ni durante un solo minuto, de los poco que duró el trayecto, había pensado en su amor. Ese del que unas estaciones atrás no quería desprenderse. Del que juraba iba a ser para siempre...
Sonó el tono del mensaje que esperaba desde que partió su tren. El que se suponía iba a decir "llegue a casa, te quiero, ya te extraño". Pero leyó "acuérdate mañana de traerme mi camiseta, que voy al juego con mis amigos"
Fin
